Sylla de Necaxa: Huyó de Guinea como refugiado y ahora vive el ‘sueño mexicano’

Ibrahime Sylla: Un Viaje de Esperanza

Ibrahime Sylla es uno de los casi 120,000 solicitantes de asilo en México en 2022. Su viaje comenzó cuando huyó de la persecución en su país natal, Guinea, y culminó con su incorporación como futbolista en el club Necaxa de la Liga MX. Aún siendo adolescente, Sylla atravesó 10 países, cruzó el inhóspito Tapón del Darién y llegó a lo que él considera su «sueño mexicano». En Aguascalientes, se le conoce como «el hombre más feliz del mundo».

El Inicio de Su Viaje

El fútbol ha sido parte fundamental de su vida desde la infancia; pateaba una pelota contra las paredes de su casa para escapar de los problemas sociales que lo mantenían alejado de las canchas. Su vida dio un giro drástico el día que salió de casa para solucionar una computadora, actividad que asumió para ayudar económicamente a su madre y a sus hermanas. Sin embargo, su madre le advirtió sobre los peligros de salir a la calle en un contexto marcado por disputas entre la policía y diferentes grupos étnicos, que habían desatado una nueva ola de violencia en Conakry, su capital, tras un golpe de Estado militar en 2021.

«Me dijeron que si me encontraban, me harían algo malo, que me matarían», relató Sylla a ESPN.

A partir de ese momento, su vida se complicó. No podía salir y las amenazas lo obligaron a abandonar su país. A los 17 años, en la noche del 25 de febrero de 2022, un conocido de la familia le ofreció llevarlo a Brasil para escapar.

Un Viaje a Través de las Américas

Con una mochila que contenía ropa, documentos personales y un teléfono, Sylla tomó un vuelo que hizo escala en Turquía antes de continuar hacia Sudamérica. Solo permaneció unos días en Brasil, sintiendo desconfianza hacia la persona que lo recibió, quien le mostró fotos de armas.

«Eso me hizo pensar que tal vez él también estaba aquí para acabar conmigo», confesó Sylla.

En su cuarto día en Brasil, después de jugar fútbol, conoció a un grupo de cinco personas que le ofrecieron unirse a ellos en su viaje hacia Estados Unidos, con la condición de que llevara las mochilas de todos a cambio de alojamiento y comida. Aceptó el trato y así comenzó su viaje de un mes hacia el norte a través de las Américas.

Después de largas caminatas y viajes en autobús, cruzaron la frontera hacia Bolivia, atravesaron Perú y Ecuador, y llegaron a Colombia, donde enfrentaron las peores condiciones del recorrido: el Tapón del Darién. Esta densa jungla, con montañas y un clima extremo, es conocida por ser una barrera natural para quienes intentan cruzar hacia Panamá y Centroamérica. Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 250,000 migrantes intentaron cruzar el Tapón en 2022, de los cuales más del 10% eran menores no acompañados, como Sylla.

«Llegó un punto en el que vi una tienda de campaña; entré y vi a un niño abandonado, muerto. Eso me traumatizó mucho. Cada vez que caminaba, pensaba que iba a morir», dijo Sylla.

En la jungla, Sylla escaló varias montañas mientras cargaba con todo. En el último pico que alcanzó, vivió un momento crucial: exhausto, sintió que no podía continuar y estaba a punto de rendirse. Sin embargo, una palmadita en la espalda de un compañero lo instó a seguir adelante.

«Podría abandonar la misión y caer aquí. Si muero, está bien, pero no puedo seguir. Me sentía tan mal que pensé que era una señal de muerte».

Después de atravesar Panamá y Costa Rica, Sylla sintió un dolor en las piernas que le dificultaba seguir. Al llegar a Nicaragua, un integrante de su grupo le ofreció ayuda. Con menos peso, pudo avanzar a través de Honduras y Guatemala, finalmente pisando México el 1 de abril de 2022. En ese momento, decidió separarse de su grupo y quedarse en México en lugar de continuar hacia Estados Unidos.

«Para mí, se convirtió en un sueño mexicano en lugar de un sueño americano»

La Vida en México y la Pasión por el Fútbol

De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), México recibió 119,078 solicitudes de asilo en 2022, pero menos de una cuarta parte (28,351) fueron aceptadas. Con el apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, Sylla fue aceptado y trasladado a Mexicali y luego a Tijuana.

«Uno de los principales derechos que deben respetarse es el de no devolución, el derecho a no enviar de vuelta a un niño porque sabes que está en riesgo en su país de origen», explicó Paola Monroy, jefa de la oficina de ACNUR en Bajío, a ESPN.

En Tijuana, Sylla se instaló en un refugio para menores migrantes, donde una canción del cantante colombiano Maluma le ayudó a aprender español. Pronto se adaptó a la comida picante, siendo sus platillos favoritos las enchiladas verdes y las quesadillas. Comenzó a jugar al fútbol nuevamente y realizó una prueba con los Xolos de Tijuana, pero no fue seleccionado. Posteriormente, Moisés Lievano, parte del equipo de ACNUR en Aguascalientes, organizó una prueba cerrada con Necaxa, coordinada por Edmundo Soto, el coordinador de ojeo del club. Después de una hora, el club decidió incorporarlo a su sistema juvenil.

Sylla, que puede desempeñarse como extremo o lateral, entrena con el equipo Sub-23 de Necaxa y juega en un club de tercera división no profesional mientras espera la aprobación de su registro en la Liga MX. Sus compañeros de equipo están asombrados de que, a pesar de las dificultades que ha enfrentado, él logra contagiar felicidad donde quiera que va.

«Donde sea que vaya Ibrahime, difunde esa buena energía, esa buena vibra», dijo Alberto Clark, director de fútbol de Necaxa, a ESPN.

Sylla trabaja como auxiliar de ingreso de datos para mantenerse mientras termina la preparatoria y planea estudiar una carrera relacionada con los videojuegos o la ciberseguridad. Además, dedica tiempo a desarrollar un videojuego y una aplicación para ayudar a entrenadores físicos.

Un Nuevo Comienzo

En algún momento, Sylla pensó que nunca volvería a sonreír, pero ahora lo hace en México, su segundo hogar.

«Siempre llamo a mi vida en México mi renacer, como volver a nacer», concluyó, sonriendo.