La lucha con el sueño
La otra noche, mientras intentaba dormir alrededor de la medianoche, comenzó a invadirme el pánico. No había logrado descansar la noche anterior, ni en las noches anteriores, y apenas había dormido en la última semana. Me sentía exhausto, incapaz de concentrarme, como un zombi, y, sin embargo, no lograba acercarme al sueño. Mi mente divagaba; mi cerebro saltaba de un tema a otro. Antes de que me diera cuenta, había pasado otra hora, y eso me puso aún más nervioso. Lo último que necesitaba era otra noche sin dormir.
La importancia del sueño en el rendimiento
En Peak, muchas de nuestras conversaciones giran en torno a cómo los atletas y entrenadores pueden mejorar su rendimiento. Hasta ahora, el sueño es ampliamente reconocido como un componente crucial de la ecuación. Sin embargo, eso no significa que sea fácil.
El exjugador de la NBA Andre Iguodala recurría a largas siestas, ya que la adrenalina de los partidos dificultaba su descanso. Los golfistas Jason Day y Bubba Watson han compartido sus luchas con el sueño, y la gimnasta medallista de oro Aly Raisman ha atribuido sus problemas de descanso a la ansiedad y el sobrepensar.
Consejos de un experto en sueño
“Cuanto más se preocupan y prestan atención las organizaciones al sueño, es como si de manera accidental pusieran a los jugadores bajo aún más presión.”
Llamé al Dr. Chris Winter, un neurólogo y especialista en medicina del sueño que trabaja con varios equipos deportivos profesionales, incluyendo los Oklahoma City Thunder. Al compartir con él mis dificultades, me sorprendió su respuesta relajada: «¡Está bien!»
Winter explicó que la expectativa que tenemos sobre el sueño puede ser más dañina que la falta de sueño en sí misma. “No se trata tanto de gestionar el sueño como de gestionar las expectativas sobre él,” afirmó.
Ciclo negativo y alternativas
Winter se muestra escéptico ante algunos consejos de autoayuda sobre el sueño. No niega que ciertos enfoques son efectivos, como dormir en una habitación más fresca y oscura o participar en actividades relajantes. Sin embargo, su mayor preocupación es que las personas terminen sobrepensando y luchando contra el sueño.
“Si puedes meterte en la cama y estar despierto, pero en un estado de meditación profundo, estás recuperando tu cerebro tan bien como si estuvieras durmiendo.”
Winter ha introducido un dispositivo llamado «Muse», que mide la actividad cerebral y proporciona retroalimentación en tiempo real durante la meditación y el sueño. Una jugadora de la WNBA utilizó el dispositivo, y los resultados mostraron que estaba mucho más relajada al intentar dormir que cualquier otra persona en su equipo.
Winter aconsejó a los jugadores aceptar que no pueden simplemente apagar sus mentes y que no todo dependerá de la cantidad perfecta de sueño. Además, recomienda pasar menos tiempo en la cama cuando no se está durmiendo y evitar el uso de dispositivos con luz azul antes de acostarse.
Estableciendo un horario y mejores prácticas
Para quienes aún luchan, Winter sugiere crear un horario. Documenta el tiempo que intentaste dormir, cuándo te quedaste dormido, si te despertaste durante la noche y las siestas que tomaste. Al recopilar estos datos, podrás notar patrones que te ayuden a realizar ajustes. Sin embargo, hay un aspecto que nunca debe cambiar: la hora en que te despiertas cada mañana.
Un horario fijo de despertarse entrena a tu cerebro. Puedes quedarte dormido temprano o trasnochar si lo prefieres, pero al levantarte a la hora establecida cada día, fortaleces tu impulso natural de sueño.
“Cuando tienes un horario, tu cerebro empieza a entender la oportunidad del sueño, y se entusiasma por obtener la cantidad de descanso que necesita.”
Reflexiones finales
Reconozco que algunas de estas recomendaciones pueden parecer obvias, pero Winter explicó que los recordatorios simples son de gran impacto para los atletas con los que trabaja. Desde que hablé con él, he logrado dormir un poco mejor. No ha sido un cambio drástico, pero me siento más cómodo que antes.
Una noche, visualicé una escena nostálgica y me comprometí mentalmente con esa actividad. Para mi sorpresa, me dormí enseguida. Más que nada, sin embargo, escuchar a Winter explicar por qué no hay tanto de qué preocuparse ha aliviado mis espirales nocturnas.
“No hay necesidad de sobrepensar.”