Los Sacramento Kings y Russell Westbrook
Los Sacramento Kings han regresado al territorio de «Kangz» al acordar un trato con el ex MVP Russell Westbrook. Sin duda, la plantilla más peculiar de la liga se volvió aún más extraña, y en este punto, es justo preguntarse si Westbrook es realmente un activo en la cancha.
Muchas estadísticas, poco impacto
Westbrook ha pasado las últimas temporadas en declive, acumulando estadísticas como si fueran caramelos, pero sin poner a sus equipos en posiciones ventajosas. El base de 1.91 metros sigue siendo un tirador notoriamente irregular y uno de los menos eficientes en la historia de la liga, con un 30.5% en casi 4,500 intentos de triples a lo largo de su carrera. Hay aspectos intrigantes en su juego, como su capacidad para avanzar y acelerar. Sigue siendo un reboteador formidable, aunque parte de sus rebotes son, en esencia, regalos de compañeros que lo bloquean en las posiciones correctas y le permiten atraparlos. Su visión de juego nunca ha sido tan buena como sus totales de asistencias, lo que se evidencia en su alta tasa de pérdidas. Sin embargo, tiene la capacidad de hacer buenas lecturas y, ocasionalmente, sabe cómo aprovechar su atletismo. Ahora en su séptimo equipo, todos conocemos lo que es Russell Westbrook hasta ahora.
Dicho esto, ¿realmente ayuda a los Kings, un equipo que navega entre la mediocridad y el pánico absoluto?
Si acaso, añade complejidad, y no de una buena manera. Sus jugadas rápidas les darán momentos destacados, pero su defensa inconsistente les hará perder partidos. Tú serás el juez de qué es más importante. Pero volviendo a la gravedad —o la falta de ella— ese es el problema principal. Westbrook, como tirador fuera de la bola, simplemente no es una amenaza, y las defensas son muy conscientes de eso, jugando en su contra para evitar que penetre. ¿Tendrá el jugador de 36 años partidos en los que canalice algo de su antigua gloria? Sí, absolutamente. Pero eso solo lo hace aún más frustrante, especialmente para un equipo de los Kings que busca consistencia.
La adaptación en la cancha es un poco un desastre
Los Kings cuentan con DeMar DeRozan y Domantas Sabonis, ninguno de los cuales es un gran tirador de tres puntos, pero ambos merecen minutos sin importar qué. Si los Kings deciden poner a esos dos y a Westbrook en la cancha, las defensas podrán estacionar el autobús y desafiar a ese trío a hacerles daño con tiros exteriores. Esta plantilla de los Kings está, francamente, desordenada, y el estilo de juego de Westbrook, que implica que es esencialmente el punto focal cuando está en la cancha, se siente como una combinación casi irrealmente mala.
Una forma de salir de eso es simplemente hacer que Westbrook juegue menos que nunca, pero la historia es difícil de vender en ese aspecto, ya que parece seguir encontrando la manera de jugar más de 25 minutos por partido, un número que debería considerarse casi extremo con esta plantilla. Si acaso, Westbrook debería jugar la gran mayoría de sus minutos junto a Zach LaVine en el backcourt, en un intento de proporcionarle los espacios de corte necesarios para ser más útil.
¿Puede funcionar este experimento? Parece poco probable.
Westbrook tendría que romper patrones que ha estado ejercitando durante 17 temporadas en seis equipos. No hay exactamente una rica historia de jugadores que de repente abracen la defensa en equipo y ofrezcan una total entrega a casi 37 años. Los Kings parecen estar apostando por su capacidad de adaptarse, lo cual, dada su eterna renuencia, es un poco como esperar que Giancarlo Esposito rechace trabajos de actuación. Como tal, debemos abordar este nuevo matrimonio con un gran sentido de realismo. Habrá altibajos, muchos descensos, y un montón de partidos donde su rendimiento caerá en algún lugar intermedio. Si los Kings son conscientes de eso, bien. Pero no parece ambicioso.