Mirtle: El ‘problema’ del Sun Belt en la NHL no tiene una solución fácil. ¿Pero necesita una?

El Auge de las Franquicias del Sun Belt en la NHL

Durante años —incluso décadas, podrías argumentar— las franquicias del Sun Belt de la NHL, en Estados Unidos, han sido vistas como meros «carne de cañón» para los equipos más consolidados de la liga. Todo comenzó con la expansión hacia California a finales de los años 60; sin embargo, los Los Angeles Kings y Oakland Seals solo lograron un récord ganador en cinco de sus primeras 30 temporadas combinadas, hasta la llegada de Wayne Gretzky a L.A. en 1988. Los Seals se reubicaron en Cleveland tras nueve años de existencia.

Expansión y Desafíos en los Años 90

La NHL volvió a intentarlo en los años 90, introduciendo equipos con nombres curiosos en lugares que parecían poco convencionales a un ritmo acelerado: los Sharks en San José, Lightning en Tampa, Panthers en el sur de Florida, Mighty Ducks en Anaheim, Stars en Dallas, Coyotes en Phoenix, Hurricanes en Raleigh, Predators en Nashville y Thrashers en Atlanta.

Así, la liga pasó de tener un solo equipo en clima cálido, en el sur de California, a contar con varios. En su mayoría, estos nuevos equipos también se encontraron con dificultades, acumulando muchas derrotas. Entre 1991 y 1992, cuando los Sharks llegaron al Área de la Bahía, y la temporada 2003-2004, solo los Stars lograron un récord entre los 15 mejores. Sin embargo, en 1999, Dallas se convirtió en el primer club del Sun Belt en conquistar la Copa Stanley. Posteriormente, los Lightning se alzaron con el campeonato en 2004, y todo esto coincidió con un cierre patronal que llevó a la implementación de un estricto tope salarial y a la distribución de ingresos, aumentando las posibilidades de éxito en los mercados emergentes.

Impacto y Crecimiento en el Sun Belt

Con el tiempo, estos mercados comenzaron a destacar de manera sorprendente: de cara a la Final de la Copa Stanley de la próxima semana, donde los Panthers buscarán repetir el título, nueve de los últimos 20 ganadores de la NHL (y cuatro de los últimos cinco) han surgido del Sun Belt. Esta primavera, tres de los cuatro finalistas de conferencia—Carolina, Dallas y Florida—procedían de climas cálidos, contribuyendo a unos playoffs de 2023 donde todos pertenecían a este grupo. De hecho, casi el 60% de los finalistas de conferencia de la última década son equipos del Sun Belt. Esta representación es bastante notable, considerando que estos equipos solo constituyen el 28% de la liga.

Aspectos Negativos y Controversias

Sin embargo, hay un lado negativo que merece atención:

  1. Las audiencias de televisión han disminuido significativamente en EE. UU. Los socios de la red están ansiosos por los partidos que han recibido esta postemporada. Con la ausencia de franquicias emblemáticas como Boston, Chicago, Filadelfia, Detroit, Pittsburgh o Nueva York en playoffs—una situación que no ocurría desde el inicio de la NHL—no hay una victoria fácil para los grandes mercados en cadenas como ESPN o TNT.
  2. Los ingresos generados en playoffs son notablemente más altos en los mercados más consolidados, lo cual produce más ingresos para toda la liga. Con más equipos pequeños jugando en los partidos cruciales, el crecimiento de ingresos se ve afectado. Por ejemplo, los ingresos en los mercados de los Original Six son aproximadamente un 35% más altos que los de los nueve equipos del Sun Belt.
  3. Los aficionados en los mercados tradicionales están cada vez más preocupados por una ventaja competitiva que algunos equipos del Sun Belt podrían tener por sus leyes fiscales más convenientes. Esta queja resuena frecuentemente, especialmente en Canadá, donde no se ha coronado un campeón de la Copa en 32 años. Aunque es cierto que este escenario atrae a ciertos agentes libres, muchos de ellos argumentan que la elección de un equipo se basa en múltiples factores más allá del salario.

Es fundamental recordar que no hubo quejas cuando los equipos de California, con altos impuestos, estaban entre los mejores de la liga y ganaron tres de ocho Copas entre 2007 y 2014. La realidad es que, en los primeros 10 años bajo el tope salarial, solo Nashville se ubicaba en un estado sin impuestos. ¿Por qué sería esta una ventaja insuperable hoy en día y no lo fue entonces?

Perspectivas Futuras

La preocupación por la dominación del mercado del Sun Belt es una cuestión de perspectiva. A largo plazo, puede resultar algo positivo. Más personas están jugando hockey y asistiendo a partidos en EE. UU. a medida que el deporte se expande, especialmente en el Sun Belt. Además, el equipo nacional es más competitivo que nunca, como demuestra su reciente desempeño en el 4 Nations Face-Off en febrero. Aunque es probable que esta situación tarde en reflejarse en las audiencias televisivas, la NHL ha sido históricamente más una liga de audiencias locales que nacionales.

El hecho de que no pueda competir por la atención con la NBA y la NFL no es responsabilidad exclusiva de los equipos exitosos en el Sun Belt. Un factor clave que probablemente impactará esta tendencia en el futuro es el crecimiento del tope salarial, que ha permanecido casi plano en la era post-pandemia. Los equipos del Sun Belt han sido recompensados en gran medida bajo estas condiciones. Sin embargo, los clubes en mercados más consolidados con mayores ingresos tendrán más posibilidades de gastar hasta un tope de 113 millones de dólares en 2027-2028, lo que podría darles una ventaja en la construcción de plantillas.

Por otro lado, es interesante destacar que los equipos del Sun Belt están triunfando porque han innovado más que muchos de los equipos tradicionales. Propietarios como los de Tampa y Vegas han incentivado a sus gerencias a pensar de manera diferente y asumir más riesgos. Estas decisiones han dado lugar a elecciones más acertadas, y figuras como Bill Zito de Florida y Jim Nill de Dallas son nominadas para el Premio GM del Año casi cada temporada.

Imagino un futuro en el que este éxito de Dallas, Florida, Tampa y Vegas motive a sus competidores en mercados más tradicionales a mejorar.

Los Original Six y otros equipos canadienses en el noreste de EE. UU. siempre tendrán sus propias ventajas y atractivo, ya sea por la proximidad a sus familias o por el hecho de que el hockey es parte fundamental de su cultura. Parte de este fenómeno es cíclico; durante años, los clubes del Sun Belt fueron despreciados por aficionados del norte, especialmente cuando luchaban por atraer multitudes y solían estar en los últimos lugares. Ahora que los papeles se han invertido, no vislumbro que la liga intervenga de manera artificial para revertir la situación.

Aunque esta realidad puede no ser ideal para los negocios actualmente, a medida que la NHL planea expandirse en Houston y reestablecerse en Atlanta y Phoenix en los próximos años, necesitará un Sun Belt fuerte para mantener las tarifas de expansión en niveles altos y para que tanto propietarios como aficionados crean que también pueden tener éxito.