La caída de Ruud van Nistelrooy en Leicester: Un mandato perjudicial para el club y el entrenador

El Desastroso Mandato de Van Nistelrooy en Leicester City

A medida que el Newcastle United se convirtió en el tercer equipo en solo ocho partidos en marcar dentro de los primeros dos minutos contra el Leicester City, la cámara de televisión en vivo se centró en el entrenador Ruud van Nistelrooy en la línea de banda.

«Por el amor de Dios», exclamó con frustración.

Incluso los lectores de labios más inexpertos podían captar sus sentimientos, y cada aficionado de Leicester compartía su desánimo mientras su equipo se deslizaba hacia un segundo descenso en tres años, y el holandés se mostraba impotente para detenerlo.

La Contratación y el Fracaso

La contratación de Van Nistelrooy por parte de Leicester resultó desastrosa, no solo para el club, sino también para él. En noviembre, el exdelantero del Manchester United asumió el cargo para reemplazar a Steve Cooper, quien había sido despedido tras solo 12 partidos. Hubo cuestionamientos sobre la contratación de Cooper y su rápida destitución, pero el fracaso absoluto del mandato de Van Nistelrooy ha generado aún más críticas hacia la jerarquía del club.

Van Nistelrooy era consciente de que estaba en una situación delicada, pero esperaba que Leicester comprendiera que había pasado cinco meses en una empinada curva de aprendizaje y que poseía el conocimiento necesario para reconstruir el club la próxima temporada. Sin embargo, tras semanas de silencio, se tomó la decisión de poner fin a su mandato en el King Power Stadium.

Un Entrenador en Aprendizaje

Van Nistelrooy había pasado de ser uno de los mejores delanteros de Europa a hacer su aprendizaje como entrenador en las categorías juveniles de uno de sus antiguos clubes, el PSV Eindhoven. Construyó una reputación impresionante como entrenador, ganando dos trofeos en el PSV antes de trabajar bajo Erik ten Hag en Old Trafford y ascender brevemente como entrenador interino en cuatro partidos. Sin embargo, tras decidir asumir el desafío de intentar mantener a Leicester en la Premier League, su reputación como entrenador ha quedado gravemente dañada.

Expectativas y Realidad

Se esperaba que el aura de Van Nistelrooy, como un exjugador muy respetado y exitoso, levantara a un equipo que luchaba por adaptarse a la Premier League tras una pretemporada inestable y un difícil comienzo de campaña. Según fuentes cercanas al equipo, los jugadores de Leicester inicialmente estaban impresionados de que un exjugador de su estatura llegara en lugar de un entrenador sin experiencia como jugador, como Cooper.

Van Nistelrooy había tenido un impacto positivo en Old Trafford, pero lo que impresionó a la jerarquía del King Power fue el aparente vínculo que tenía con los jugadores. Sin embargo, a medida que la temporada avanzaba, la situación empeoró y la confianza en el equipo se erosionó rápidamente.

Problemas de Comunicación y Estrategia

Van Nistelrooy mostró dedicación y esfuerzo para convertirse en un goleador talentoso y ganar títulos nacionales, pero intentó inculcar el mismo nivel de profesionalismo y sacrificio en sus jugadores. Tenía un régimen de entrenamiento estructurado basado en dos elementos clave: posesión y presión. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la falta de resultados positivos llevó a tensiones dentro del equipo.

La derrota en casa ante Newcastle fue la cuarta derrota consecutiva en la que nombró la misma alineación inicial. A pesar de afirmar que no estaba casado con un solo sistema de juego, se aferró obstinadamente al mismo sistema que utilizó en el PSV, un 4-2-3-1, que no mostró los resultados esperados.

El Impacto del Descenso

El fracaso de la política de reclutamiento del club también fue uno de los mayores factores que contribuyeron al descenso. La decisión de destituir a Van Nistelrooy podría haber llegado antes, pero las consecuencias financieras de despedir a dos entrenadores en una temporada no fueron insignificantes. A pesar de este récord, la ira de los aficionados se dirigió más hacia la junta del club que hacia Van Nistelrooy.

Cuando cayó el hacha tras el descenso, fue casi misericordioso, pero su reputación como entrenador ha quedado gravemente dañada. En cuanto a Leicester, las ramificaciones de otro descenso podrían durar mucho más. El próximo entrenador no solo tendrá que supervisar una reconstrucción completa de la plantilla, sino que deberá construir puentes con una base de aficionados que se ha vuelto cada vez más desconectada del club.