Jamie Cassidy: De joven estrella del Liverpool a traficante de drogas

julio 11, 2025

La Caída de Jamie Cassidy

Jamie Cassidy recuerda la fecha exacta en que se dio cuenta de que su vida como hombre libre estaba a punto de terminar. Fue el 17 de octubre de 2020, el día en que Virgil van Dijk sufrió una grave lesión en la rodilla contra el Everton, una lesión que había puesto fin a la prometedora carrera futbolística de Cassidy décadas antes.

Cassidy, quien ganó la FA Youth Cup con el Liverpool en un equipo que también incluía a Jamie Carragher y Michael Owen, y que entrenó con la selección de Inglaterra en la Euro 96, ya se había retirado cuando se sentó a ver ese derbi de Merseyside en su casa en Knowsley, en las afueras de Liverpool. Poco después de que terminara el partido, recibió una llamada angustiada de la hija de su hermano mayor, Jonathan, informándole que había sido arrestado por cargos de drogas en el Aeropuerto de Manchester, a su regreso de Dubái, donde había pasado la mayor parte del verano escondido.

“En el momento en que te arrestan, tu mente se dispara como un tren de alta velocidad”, dice. “Me están pasando estas fotografías y estoy pensando, ‘Vaya, ellos saben todo’.”

Colocado en prisión preventiva, Cassidy pensó que iba a HMP Forest Bank cerca de Manchester, donde su hermano estaba detenido. En cambio, fue escoltado de regreso hacia Liverpool en un viaje que lo llevó más allá de su hogar cerca de la autopista M57, que apenas podía ver a través de una pequeña ventana de una de las celdas de la furgoneta.

La Vida en Prisión

Cassidy fue enviado a la HMP Liverpool de la era victoriana en Walton, el mismo distrito de Liverpool donde creció. La memoria de su llegada a Walton está grabada en su cerebro. Después de ser desnudado, a Cassidy se le pidió que se agachara, y se colocó un espejo en el suelo para verificar que no llevaba nada consigo. Luego se le entregaron dos conjuntos de ‘grises’ —el uniforme de prisión gris— así como un par de camisetas blancas y una manta naranja que parecía y se sentía como si hubiera estado en circulación desde que se abrió la instalación en 1855.

En ese momento, estaba en medio de un segundo confinamiento por Covid-19 y el virus estaba arrasando la comunidad carcelaria. Esto significaba aislamiento y un tiempo realmente duro. Cassidy no pudo ducharse durante las primeras seis semanas, pasando ese período confinado en un espacio no más grande que un pequeño baño las 24 horas del día.

La rutina no mejoró mucho durante los primeros 18 meses. No se permitieron visitas. No había acceso al gimnasio o al patio. Las celdas no tenían sábanas ni almohadas. No había ventanas y, por la noche, las temperaturas caían en picado, con elementos del Mar de Irlanda soplando. Lo único que Cassidy podía hacer era acostarse en un colchón desnudo, pensando en las decisiones que había tomado en su vida.

“Nadie me puso el Encro en la mano, excepto yo”, enfatiza.

El Juicio y la Sentencia

En marzo de 2024, Cassidy admitió que recibió un salario por su papel “gerencial” en el contrabando de 356 kg de cocaína a Liverpool desde los Países Bajos, y fue condenado a 13 años y tres meses de prisión. Las drogas tenían un valor en la calle de £28 millones y fue descrito por la Fiscalía de la Corona del Reino Unido como el “contador” debido a su responsabilidad en las entregas y cobros, principalmente en el norte de Inglaterra.

El hecho de que no fuera un jugador de alto perfil se convirtió en un elemento intrigante de la historia. Cassidy fue liberado bajo libertad condicional de HMP Thorn Cross cerca de Warrington el mes pasado. Entre las consideraciones del juez en la sentencia estaba su comportamiento durante su tiempo en prisión preventiva en Walton, donde se convirtió en un “oyente” para los Samaritanos, ayudando a prisioneros suicidas a alejarse de sus pensamientos más oscuros.

Reflexiones y Aprendizajes

Cassidy leyó nuestra cobertura y se puso en contacto, ofreciendo hablar con más detalle sobre lo que le sucedió entre los 22 y 42 años, así como el efecto que la prisión ha tenido en él. Cassidy estaba en forma, gracias a su tiempo en el gimnasio de la prisión, y lucía como un exfutbolista. Sin embargo, no se sentía como uno en el sentido más verdadero porque su carrera se había interrumpido tan abruptamente.

“Los futbolistas especialmente”, añade. “Porque yo era un futbolista y estaba tan cerca. Si no hubiera sido por las lesiones, creo que habría jugado de 15 a 20 partidos para el Liverpool en la temporada 1997-98 y mi carrera habría despegado. Pero no tenía un plan B. Todo dependía del fútbol.”

La única señal de emoción de él en la sentencia llegó cuando el juez mencionó a una de sus hijas, que estaba en proceso de ser diagnosticada con una condición médica que cambiaría su vida. Le duele profundamente saber que no ha estado presente durante los últimos cinco años para ayudarla.

“Como padre, tienes que estar ahí para tus hijos y yo no estaba cuando le diagnosticaron.”

A medida que el caso de Cassidy se desarrollaba en el tribunal, muchos de los informes incluían una fotografía de él cuando era un niño, sentado sobre una pelota en Melwood, el antiguo campo de entrenamiento del Liverpool. Al evaluar la imagen en prisión con un psicólogo, solo evocaba tristeza porque le hacía pensar en oportunidades que una vez parecieron infinitas.

Un Nuevo Comienzo

“Mental, física y emocionalmente, me siento como una nueva persona ahora”, dice. “Estar tan claro de mente me ha ayudado a lidiar con la muerte de mi padre.” Su familia lo ha apoyado durante su tiempo en prisión y nunca le han hecho sentir que tiene que reconstruir sus relaciones con ellos.

“Superé la cárcel, pero lo que viene con ello es más traumático debido al efecto que tiene en tu familia”, dice. “No solo el prisionero cumple la condena. Mi mamá y papá, mi pareja y los niños hicieron un tipo diferente de cárcel.”