Legado de David Greenwood
David Greenwood, el destacado jugador de baloncesto de UCLA, se fue dejando un legado inolvidable en el deporte que amaba. Durante su tiempo en la universidad, Greenwood se convirtió en uno de los máximos anotadores en la historia de UCLA y posteriormente ganó un campeonato de la NBA con los Detroit Pistons.
Pasión desde joven
Su pasión por el baloncesto se manifestó desde joven: jugaba para tres equipos diferentes en la escuela secundaria en Verbum Dei, cambiando de uniforme entre juegos con la ayuda de su hermano Al, quien lo acompañaba en el auto.
«Era implacable porque amaba el juego», recordó Al, señalando cómo, incluso de niño, David se lanzaba al contacto en las prácticas, lanzando con los ojos vendados para perfeccionar su técnica.
Trayectoria universitaria
Greenwood falleció el domingo por la noche en un hospital de Riverside a los 68 años, a causa de un cáncer que no compartió con su familia hasta el final.
«Todo sucedió tan rápido», dijo su sobrino, Bronson.
Reclutado en la escuela secundaria por el entrenador John Wooden, uno de los más grandes de la historia, Greenwood se sorprendió al enterarse de que Wooden se retiraría justo después de su año senior y sería reemplazado por Gene Bartow. A pesar de esto, decidió seguir con UCLA, atraído por la competencia que significaba enfrentar a otros jugadores destacados.
Ética de trabajo y logros
La ética de trabajo de Greenwood lo llevó a entrenar incansablemente, nunca escatimando en esfuerzo. Sus compañeros de equipo le recordaban como un jugador que siempre daba lo mejor de sí, destacándose como un excelente reboteador y un anotador fiable. Durante su carrera universitaria, promedió un doble-doble en puntos y rebotes, y fue reconocido como All-American en varias ocasiones.
Greenwood fue elegido en el draft de la NBA por los Chicago Bulls en 1979, donde su desempeño le permitió promediar 16.3 puntos y 9.4 rebotes en su temporada de novato. A pesar de enfrentar fuertes adversidades, incluyendo múltiples lesiones en los pies, seguía fiel al juego. A lo largo de su carrera profesional, también tuvo un notable paso por los Detroit Pistons, contribuyendo al equipo en su campeonato de 1990.
Impacto en la comunidad
Más allá de su carrera en la NBA, Greenwood también tuvo un gran impacto en su comunidad, siendo entrenador en Verbum Dei y guiando al equipo a campeonatos estatales. Se le recuerda no solo por su talento en la cancha, sino también por su carácter y dedicación.
Despedida
Greenwood deja atrás a su hermano Al, su hermana Laverne, su hijo Jemil, su hija Tiffany y su expareja, Joyce. Los servicios para honrar su memoria están pendientes. La historia de David Greenwood encarna la pasión y trabajo duro, dejando un legado perdurable en el baloncesto y en las vidas de aquellos que lo conocieron.