El magistral discurso de graduación de Roger Federer: un momento que trasciende lo viral

Reflexiones sobre el fracaso de Roger Federer

El pasado mes de junio, bajo una lluvia constante en una fría mañana en New Hampshire, Roger Federer compartió una historia sobre el fracaso. A lo largo de dos décadas, se destacó como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, habiendo jugado 1,526 partidos individuales en su carrera y ganado casi el 80 por ciento de ellos. Levantó 20 trofeos de Grand Slam, incluyendo un récord de ocho en Wimbledon.

«Ahora, tengo una pregunta para ustedes», dijo Federer, mirando a través de un mar de paraguas en la ceremonia de graduación de Dartmouth College. «¿Qué porcentaje de puntos creen que gané en esos partidos?» Hizo una pausa. «Solo el 54 por ciento», señaló.

Esta estadística parecía sorprendente, considerando que Federer es una de las fuerzas atléticas más dominantes de este siglo. ¿Cómo es que perdió casi la mitad de sus puntos?

«Cuando pierdes cada segundo punto, en promedio, aprendes a no obsesionarte con cada golpe», explicó a la multitud. «Te enseñas a pensar: ‘Está bien, cometí un doble fallo. Solo es un punto.’ Cuando juegas un punto, tiene que ser lo más importante del mundo, y lo es. Pero cuando ya ha pasado, ha quedado atrás. Esta mentalidad es crucial, porque te libera para comprometerte plenamente con el siguiente punto y el siguiente después de ese, con intensidad, claridad y enfoque.»

Discurso que resuena

Al día siguiente, su discurso se volvió viral, alcanzando millones de personas y resonando con individuos de todos los ámbitos de la vida, superando las típicas platitudes inspiradoras que suelen caracterizar las ceremonias de graduación. Mientras que tradicionalmente estos discursos son presentados por valedictorianos o graduados destacados, en las últimas dos décadas ha emergido otra categoría popular: los atletas estrella.

El humorista estadounidense Art Buchwald reflexionó alguna vez que un discurso de graduación tiene una vida útil de 15 minutos. Si no recuerdas quién habló en tu graduación, probablemente tampoco recuerdes mucho de lo que dijeron.

Sin embargo, el discurso de graduación de Federer fue distinto: sincero, cálido e imborrable — el equivalente deportivo al famoso discurso de Steve Jobs en Stanford en 2005 o al de David Foster Wallace, “Esto es agua”, en Kenyon College ese mismo año.

Lecciones de tenis

Con motivo del primer aniversario del discurso de Federer, me propuse responder a una pregunta simple: ¿Por qué resonó tanto? Federer resumió su motivación para hablar en Dartmouth en dos palabras: beer pong. La razón real era más personal; su agente, Tony Godsick, es un graduado de Dartmouth y su hija formaba parte de la clase de 2024.

El discurso de Federer, que abarcó 3,200 palabras y duró 25 minutos, estaba estructurado para compartir tres lecciones, llamadas “lecciones de tenis” por él, todas ellas derivadas de su larga carrera y su reciente «graduación» del tenis.

La primera lección fue clara: Durante el tiempo que dominó en la cancha, muchos comentaristas notaron lo fácil que parecía jugar para él. Sin embargo, Federer explicó que había un secreto detrás de esa aparente facilidad.

«No se trata de tener un talento innato», dijo. «Se trata de tener determinación

El punto de Federer Vivió a través del propio discurso. Él y su equipo pasaron seis meses trabajando en el contenido y haciendo revisiones. La segunda lección de Federer se enfocó en la resiliencia

La tercera lección recalcó el valor de disfrutar el proceso. En una entrevista, explicó que tenía dos objetivos: divertirse y mantener al público interesado. «Esa también es mi visión de la vida,» dijo. «Tenemos que disfrutar en el camino.»

Mientras concluía su discurso bajo la lluvia, terminó sus «lecciones de tenis» y realizó una auténtica lección de tenis, demostrando la primordial importancia de los movimientos de pies en la cancha.

«No, esto no es una metáfora. Es solo buena técnica.»