El boxeo pierde oportunidades clave al negarse a aceptar más

El desperdicio de oportunidades en el boxeo

Caleb Plant vs. Jermall Charlo fue el último ejemplo de cómo el boxeo está desperdiciando oportunidades valiosas. (Steve Marcus/Getty Images)

En un deporte que se basa en la imprevisibilidad, el boxeo parece disfrutar intentando guiar su propio futuro. Ryan Garcia vs. Devin Haney 2 y Caleb Plant vs. Jermall Charlo son peleas que los aficionados realmente querían ver. Adicionalmente, ambos enfrentamientos deberían haberse realizado en su debido momento. Sin embargo, nos encontramos con cuatro peleas en dos carteles durante el mes de mayo, ninguna de las cuales generó gran interés, dejando a los aficionados con un par de posibles peleas épicas que quizás nunca lleguen.

La revista Ring Magazine, bajo la dirección de Turki Alalshikh, organizó el doble cartel de Garcia vs. Rolando Romero y Haney vs. José Ramírez en el icónico cruce de Times Square en Nueva York, intentando añadir intriga a un espectáculo que las dos principales peleas no lograron ofrecer por sí solas.

Intentos fallidos y sorpresas

Cuando Plant y Charlo estuvieron en el mismo cartel en la Michelob Ultra Arena de Las Vegas el pasado sábado, fue gratuito para ver en Amazon Prime Video, un servicio de fácil acceso. Fue un intento de los organizadores de construir una futura pelea, que esperaban resultara en ingresos sustanciales por pay-per-view. Ambos carteles tenían una narrativa clara y un camino lógico a seguir, con la intención de maximizar el potencial de dos grandes enfrentamientos entre boxeadores estadounidenses. Sin embargo, todo se derrumbó en el momento del evento principal —en ambas ocasiones—.

Romero y Armando Resendiz lograron sorpresivos triunfos sobre Garcia y Plant, respectivamente. Ahora, en lugar de los desarrollos esperados que el boxeo intentó crear, ha perdido dos importantes rivalidades de pay-per-view que no podía permitirse perder.

Cabe señalar que este no es un problema nuevo. El boxeo ha intentado durante mucho tiempo el concepto de dos co-eventos principales en un mismo cartel, con la expectativa de que los dos grandes favoritos se enfrenten después. Este enfoque ya ha fracasado en el pasado, incluso en los últimos años.

En diciembre de 2023, Anthony Joshua y Deontay Wilder finalmente firmaron contratos para enfrentarse, una pelea que estuvo años en preparación. Todo lo que ambos debían hacer era superar a Otto Wallin y Joseph Parker, respectivamente. Sin embargo, Parker demostró cuán desmejorado estaba Wilder al dominar su pelea de 12 asaltos, lo que eliminó todo interés en un combate entre Joshua y Wilder, que ya llegaba demasiado tarde.

Consecuencias de la inactividad y rivalidades

En junio, Wilder regresará al cuadrilátero contra el poco conocido Tyrrell Herndon, con el objetivo de recuperar su nivel y avivar el interés en un lucrativo enfrentamiento con Joshua. Sin embargo, si finalmente se lleva a cabo, esa pelea será solo una sombra de lo que pudo haber sido cuando ambos poseían los cuatro títulos de peso pesado a finales de la década de 2010.

La rivalidad entre Plant y Charlo se originó en julio de 2023, durante el pesaje para el combate entre Terence Crawford y Errol Spence Jr., donde Plant fue grabado abofeteando a Charlo. Plant alegó que Charlo había faltado al respeto a su esposa antes de agarrarlo de la barba.
Repetición en cámara lenta del asalto de Caleb Plant a Jermall Charlo.
pic.twitter.com/56DYZpMdSE— EverythingBoxing | Darshan Desai (29 de julio de 2023)

Plant vs. Charlo estaba perfectamente configurado para ser una atracción masiva: una pelea entre campeones mundiales anteriores en una división en la que se planea un gran evento con Saúl «Canelo» Álvarez contra Terence Crawford en septiembre. Con Plant, de 32 años, y Charlo, de 35, el tiempo jugaba en su contra. Sin embargo, los organizadores decidieron no ir directamente al gran enfrentamiento, posiblemente viendo la prolongada inactividad de Charlo como una razón para dejar madurar la pelea.

Un desenlace inesperado

En su lugar, ambos recibieron duelos preparatorios. Las dificultades bien documentadas de Charlo fuera del ring, combinadas con su inactividad, propiciaron una sorpresa desagradable. Pero, sorprendentemente, no fue Charlo quien perdió su pelea de calentamiento: fue Plant.

Quizás las señales de advertencia ya estaban presentes. Plant se había desvanecido en sus enfrentamientos contra Álvarez y David Benavidez, e incluso fue herido por el poco conocido Trevor McCumby en su pelea más reciente en septiembre pasado. Plant llegó a su pelea con Resendiz con la opción de una cláusula de revancha, lo que sugiere que podríamos presenciar un segundo enfrentamiento entre ellos. Alternativamente, Resendiz podría ocupar el lugar de Plant en un combate contra Charlo. Sin embargo, sea cual sea el camino a seguir, no será el desarrollo ni la pelea que podríamos haber tenido entre Plant y Charlo.

Ryan Garcia vs. Devin Haney 2 estaba listo para ser un gran evento, y sin embargo, no sucedió.

La situación de Garcia y Haney

Cuando Garcia y Haney se enfrentaron por primera vez por el título superligero del WBC en abril de 2024, la situación fue insólita, con Garcia documentándose mientras fumaba marihuana y bebía alcohol en transmisiones nocturnas previas a la pelea. Se suscitaron serias dudas acerca de si Garcia debería estar siquiera en el ring. Pesó más de tres libras de sobrepeso y aparentemente ingirió una botella de cerveza durante el pesaje 24 horas antes de la pelea en la ceremonia.

Sin embargo, Garcia —al menos momentáneamente— desafió las expectativas. Consiguió derribar a Haney en tres ocasiones, proporcionando una noche dramática para el boxeo. Unos días después, se reveló que Garcia había fallado una prueba de sustancias prohibidas por ostarina y que su victoria sobre Haney se convertiría en no-contest. Para añadir más leña al fuego, Haney inició procedimientos legales contra Garcia por haber tenido sustancias mejoradoras del rendimiento en su organismo durante la pelea. La rivalidad ya estaba en un punto álgido, y el boxeo debió aprovechar esa oportunidad.

Pero la avaricia reinó. Las autoridades pensaron que la pelea podía hacerse algo más grande. Así, al negarse a aceptar un poco más, el boxeo sigue perdiendo el momento y termina con mucho menos.