Victoria de James DeGale y el Debut a Puño Limpio
Conor McGregor eclipsó la victoria en el debut a puño limpio de James DeGale, convirtiendo la dura victoria del campeón olímpico en una nota al pie. El medallista de oro olímpico y ex campeón mundial de la IBF fue lanzado directamente a un baño de sangre lleno de rencor contra Matt Floyd en Manchester.
Un Combate Intenso
Desde la campana inicial, la animosidad chisporroteaba mientras ambos hombres lanzaban golpes con malas intenciones y poco respeto por las reglas. DeGale cayó al lienzo en el tercer asalto, solo segundos después de que a Floyd se le descontaran dos puntos por un cabezazo deliberado.
El castigo no terminó ahí; el árbitro, excesivamente entusiasta, luego despojó a Floyd de otros dos puntos por un golpe bajo repugnante que dejó al londinense gimiendo. Incluso mientras DeGale se reagrupara, la paciencia del árbitro se agotaba, lo que llevó a una deducción de puntos para DeGale en el cuarto asalto.
Sin embargo, las repetidas advertencias del oficial cayeron más duramente sobre Floyd, cuya agresión alimentada por el rencor se desbordaba repetidamente más allá de los límites de las reglas establecidas.
El Ambiente Tóxico
Las voces de Liverpool avivaron el fuego, mientras Lee Boyce y Tony Bellew gritaban desde esquinas opuestas, intensificando la ya tóxica atmósfera. Al sonar la campana final, las tarjetas de puntuación reflejaron el caos: 48-43 en dos ocasiones y 47-44, otorgando a DeGale una decisión unánime y un inicio de 1-0 en la competencia a puño limpio.
Fue una iniciación sangrienta y llena de moretones que demostró la tenacidad del héroe olímpico bajo condiciones extremas, en las que no se sintió cómodo.
La Intervención de Conor McGregor
Sin embargo, en lugar de que el enfoque permaneciera en la resiliencia de DeGale, el co-propietario de BKFC, Conor McGregor, secuestró la narrativa posterior a la pelea. DeGale se quejó de las tácticas sucias de Floyd, solo para que su momento se ahogara por McGregor, quien se negó a dejar que nadie más hablara.
«La superestrella de UFC habló sobre un emotivo tributo a Ricky Hatton y se le pudo escuchar interrumpiendo la transmisión durante las entrevistas.»
Luego tomó el control de las consecuencias como si la noche fuera suya. Cada vez que DeGale o Floyd intentaban abordar la brutal pelea que acababan de soportar, McGregor se interponía, desprendiendo el aroma de un hombre desesperado por asegurarse de que cada lente de cámara permaneciera fija en él.
Reflexiones Finales
Para DeGale, fue un debut victorioso pero manchado: una victoria duramente ganada que debería haber cimentado su lugar en el centro de atención de BKFC. En cambio, se convirtió en el último capítulo de la búsqueda continua de McGregor por dominar cada escenario, incluso cuando la sangre y el sudor pertenecían a otra persona.