Victoria sorprendente de Botafogo
Renato Paiva se encontraba en medio de una entrevista flash posterior al partido, tras haber guiado a Botafogo a una impresionante victoria en la Copa del Mundo de Clubes sobre el Paris Saint-Germain, cuando John Textor irrumpió, tomó la cabeza de su entrenador entre sus manos y le dio un duradero beso en ambas mejillas. Textor, cuyo grupo de múltiples clubes, Eagle Football, posee el club brasileño, no es reacio a buscar publicidad ni a demostrar emociones, y el contexto de este partido estuvo marcado por una disputa entre el estadounidense y el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi. Sin embargo, este gesto fue una muestra de afecto especialmente notable hacia Paiva.
Una hazaña impresionante
Aunque el PSG no alineó a su mejor equipo, el que ganó la Champions League el mes pasado, la victoria de Botafogo seguía siendo una sorprendente hazaña en el Rose Bowl de Pasadena. Ese beso de Textor fue uno de humildad, ya que Paiva sorprendió a todos al implementar un sistema más defensivo —una decisión contraria al enfoque habitual de Textor— solo para ser vindicado con el triunfo.
«Sabíamos que teníamos una gran mente en él», comenta Textor. «Él observa cinco carriles y el conjunto de tercios; es decir, tiene una gran manera de enseñar el juego posicional, asegurándose de que los jugadores estén en las columnas verticales adecuadas a través de los tres segmentos horizontales, dependiendo de la ubicación del balón y la situación del juego. Cuando los jugadores se acostumbran a esto, siempre los tiene en posiciones increíbles.»
La audacia de Paiva
Paiva parece ser tan audaz y confiado como su propietario. Dirigió un dardo punzante a los gigantes franceses en su conferencia de prensa previa al partido, afirmando:
«El cementerio del fútbol está lleno de favoritos.»
Este desafío muestra la mentalidad competitiva de Paiva y su disposición a enfrentar gigantes en el mundo del fútbol.