A medida que los Flames se hunden en el fondo de la NHL, surgen grandes preguntas sobre la cultura y la dirección del equipo

Análisis de la Temporada de los Calgary Flames

Los Calgary Flames esperaban progresar esta temporada, pero lo que han mostrado es incertidumbre. Actualmente, el equipo se encuentra empatado en el último lugar de la clasificación de la NHL y la frustración está en aumento. Con un promedio de 1.67 goles por partido, la ofensiva está estancada y la estructura defensiva se desmorona.

Mirando hacia el Futuro

Los murmullos alrededor del equipo han comenzado a enfocarse en el largo plazo, especialmente en el Draft de la NHL de 2026 y la esperada primera selección general, Gavin McKenna. La posibilidad de añadir un delantero que cambie la franquicia es tentadora, pero, hipotéticamente, ¿qué tipo de ambiente encontraría? Esa es la verdadera pregunta para Calgary.

El gerente general Craig Conroy dejó claras sus intenciones la temporada pasada: esta organización no se trata de atajos, sino de competir, desarrollar y mantener una cultura que odia perder. Hacer tanking, al menos filosóficamente, no es parte del plan. Sin embargo, con un inicio de 1-5-0 y un diferencial de goles de -15, los Flames parecen estar lejos del tipo de equipo que encarna esa mentalidad.

Problemas en el Juego

«La derrota de 6-1 del sábado ante los Vegas Golden Knights fue el último ejemplo de sus problemas.»

Vegas dictó el ritmo, desmanteló la cobertura defensiva de los Flames y expuso lo desorganizados que han estado en su propia zona. Los ataques en desventaja numérica, las asignaciones fallidas y la mala cobertura alrededor del área han dejado al portero Dustin Wolf en una situación complicada. Wolf, recién salido de firmar un contrato de siete años, no ha sido perfecto, pero las descoordinaciones defensivas frente a él han dificultado la evaluación de su desempeño.

Para un portero que se espera que ancle la próxima era del hockey de los Flames, la falta de estructura a su alrededor es preocupante. El camino hacia adelante es incierto. Calgary necesita estabilidad defensiva, pero intercambiar a un defensa de primera línea como Rasmus Andersson (como se rumoreó en la temporada baja) parece casi contraproducente.

Esperanzas y Desafíos

Veteranos como Nazem Kadri o Blake Coleman podrían aportar valor, pero ambos son voces clave en el vestuario de un equipo que ya es débil en identidad. Si hay un rayo de esperanza, ha sido el esfuerzo de la cuarta línea, particularmente de Ryan Lomberg y Adam Klapka. La energía de Lomberg y su disposición a involucrarse físicamente, incluyendo su pelea con Colton Sissons en respuesta a un golpe anterior sobre el novato Zayne Parekh, inyectaron algo de chispa.

El forechecking, las peleas y la presencia física de Klapka han seguido el mismo camino. Sin embargo, cuando tu cuarta línea es tu mejor línea, es un síntoma de un problema mayor.

El Futuro Inmediato

El calendario no se vuelve más fácil: se avecinan dos juegos contra Winnipeg y una visita a Montreal. Si bien es demasiado pronto para que Conroy haga movimientos de pánico, las preguntas están comenzando a acumularse más rápido que las respuestas. Si los Flames realmente quieren construir una cultura en torno a la competitividad, esto debe reflejarse en los resultados.

«Por tentador que sea el sorteo de McKenna, la cultura y la complacencia no coexisten, y en este momento, Calgary está tambaleándose peligrosamente cerca del lado equivocado de esa ecuación.»